Caravana de Migrantes hondureños: signo del drama y un llamado de solidaridad cristiana en el camino ante la pobreza, la inequidad y la falta de oportunidades

Transformemos el grito de dolor en un grito de esperanza, sabiendo que Dios no abandona a los que confían en Él

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Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras han emitido un comunicado donde han llamado una “realidad indignante” al desplazamiento en caravana de miles de hondureños buscando mejores condiciones de vida a través de su caminar por Guatemala y México hacia los Estados Unidos de América, una verdadera “tragedia humana” – en palabras del Papa Francisco - de migración forzada.

Así, dicen, se encuentran las causas en la situación que vive el país centroamericano, ante lo que la Iglesia mira y proclama el derecho de cada persona a una vida digna, al desarrollo personal, familiar y comunitario. Si bien es propio del Estado “brindar a sus ciudadanos los medios para cubrir sus necesidades básicas: trabajo digno, estable y bien retribuido, salud, educación y vivienda”, la crisis – no nueva en Honduras – conlleva frustraciones, resentimientos y negaciones de la identidad nacional.

Se presentan nuevas y dramáticas oportunidades de “responsabilidad común de todos” para ir más allá de las culpas, buscar nuevos pactos sociales y reorientar los recursos para desarrollar políticas, programas sociales verificables y presupuestos para dirigir un desarrollo de todo el pueblo centroamericano, y alejarlo del “drama social” que ahora vive.

También mencionan que, ante las realidades xenófobas de algunas sociedades desarrolladas, que “condenan a los migrantes señalándolos como criminales y lacras sociales”, es necesaria una revisión de sus políticas, tratos y actitudes migratorias.

Paralelamente, viviendo la misma situación desde el camino que atraviesa la caravana de los casi 7,000 migrantes hondureños, la Conferencia del Episcopado Mexicano menciona en un documento de la Dimensión de Movilidad Humana titulado “Los gritos del pobre” que “es un grito inarticulado que todo lo expresa en el silencioso e inhumano desplazamiento. Y asombrados contemplamos que con esta caravana, como con los distintos gritos del pobre, surgen miembros de la sociedad tratando de sofocarlos al percibir esos gritos como amenaza para su confort e intereses propios”.

El llamado de acoger los verbos de “Acogida, Protección, Promoción e Integración” del papa Francisco va siendo también un llamamiento de ayuda y de respuesta, al compromiso y a la acción de “favorecer humana y cristianamente a nuestros hermanos en la ruta de su desplazamiento”, mencionan los obispos mexicanos, que junto con organismos gubernamentales y de la sociedad civil, tanto organizado como espontaneo se va ya viviendo como “principio de humanismo y caridad”. Respuesta que gradualmente se va dando por los lugares donde la caravana va desplazándose, distintas diócesis, comunidades religiosas y hasta en los hogares de las familias.

 

Para ver los documento completos Hacer click:      

 

 

Conferencia del Episcopado Mexicano

 

 

Conferencia Episcopal de Honduras