Congreso Misionero Latinoamericano: Santa Cruz de la Sierra 2018 “¡América es misión, el Evangelio es alegría!”
Con el tema “La alegría del Evangelio, corazón de la misión profética, fuente de reconciliación y comunión”, la Iglesia latinoamericana realiza el V Congreso Americano Misionero (CAMV) que tendrá cuenta en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Este encuentro tiene como objetivo de “fortalecer la identidad y el compromiso misionero ad gentes de la Iglesia en las Américas, para anunciar el Evangelio a todos los pueblos, con particular atención a las periferias del mundo”, como esa fuerza del Espíritu que mira, por un lado hacia lo profundo del ser cristiano y evangelizador, y que por el otro llega hasta las periferias del mundo de hoy.
Papa Francisco: “Sueño con una acción misionera capaz de transformarlo todo” (EG)
Teniendo en consideración la conversión misionera de todos los bautizados, los cuatro temas eje que se proponen son: Evangelio, Alegría, Comunión y Reconciliación, y Misión y Profetismo, a fin de incidir en nuestro aporte a construir sociedades más justas, más solidarias, más fraterna.
· Evangelio: porque lo que anuncia el misionero nace de ese primer contacto y vuelve a él como fuente que dinamiza su vida cotidiana.
· Alegría: fruto de la experiencia de encuentro personal con Cristo.
· Comunión y Reconciliación: ya que el fin principal de la evangelización y de la acción misionera de la Iglesia es lograr la comunión del hombre con Dios, y de los hombres entre ellos.
· Misión y profetismo: mandato confiado por Jesús a los Apóstoles de “ser sus testigos”, especialmente en las periferias geográficas y existenciales en que se plantean las desafiantes realidades latinoamericanas para llevar la Buena Nueva del Evangelio.
El arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, en su calidad de presidente del Congreso y quien lo acoge en su arquidiócesis, pidió “Seamos cristianos e Iglesia en salida, así nos pide el papa Francisco, salir de nuestra comodidad e intereses, para atrevernos a ir a las periferias humanas y estar presentes ahí donde hace más falta la luz del Evangelio y la vida del Resucitado. Seamos misioneros, no tanto con palabras, sino dando testimonio del amor del Señor, con entrega y dedicación, fidelidad y constancia, con espíritu de servicio”.