LA IRRUPCIÓN DE LOS MOVIMIENTOS POPULARES, “rerum novarum” DE NUESTRO TIEMPO
Con el Proemio del Papa Francisco, bajo la cura editorial del Dr. Guzmán Carriquiry junto con el Dr. Gianni La Bella, y publicado por la Libreria Editrice Vaticana y la Pontificia Comisión para América Latina, sale a la luz este volumen para reflexionar sobre el sentido, articulación y desarrollo de los movimientos populares en el panorama actual de exclusión, convivencia y globalización; y que será presentado el día 24 de septiembre.
La publicación de este libro busca retomar, a través de variadas aproximaciones y enfoques, el contenido y la importancia de los Encuentros del Papa Francisco con una serie de movimientos populares, que forman parte de la trayectoria de este pontificado, de su magisterio pastoral y social.
El Santo Padre interpela y se deja interpelar por estas experiencias desde la opción preferencial por los pobres de raíz cristológica y evangélica (no como una categoría sociológica, filosófica o cultural, sino como una categoría teologal) , vive momentos importantes de su magisterio social como pastor, y propone el acompañamiento a estos movimientos al nivel nacional y local por las Iglesias y comunidades cristianas, desde la riqueza y la actualización de la Doctrina Social de la Iglesia, que los curadores del libro llaman “ese flujo de caridad al encuentro de las necesidades de los hombres, y que siempre plantean en la historia retos y exigencias para la renovación de la misión” de la Iglesia.
Poniendo la mirada hacia nuevos modelos de desarrollo más humanos y considerando la centralidad de la persona humana y las realidades dinámicas inclusivas, participativas, reivindicativas, plurales, de convivencia fraterna, responsabilidad comunitaria y de paz que atraviesan a muchos de los movimientos populares, el Papa Francisco los llama “sembradores de procesos de cambio”, “poetas sociales”, “hombres de la periferia, de una vez al centro, como es bien narrado en el volumen, con su propio bagaje de luchas desiguales y de sueños de resistencia, han venido a poner en la presencia de Dios y de la Iglesia y de los pueblos, una realidad muchas veces ignorada, que gracias al protagonismo y a la tenacidad de su testimonio, ha salido a la luz. Pobres que no se han resignado a sufrir en la carne de su propia vida la injusticia y el despojo, sino que han escogido, como Jesús, dócil y humilde de corazón, rebelarse pacíficamente “a manos desnudas” contra ello. Los pobres no son solamente los destinatarios preferidos de la acción de la Iglesia, los privilegiados de su misión, sino que también son sujetos activos”.