Simposio teológico sobre las vocaciones

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12.04 Simposio

Esta mañana ha tenido lugar en la Oficina de Prensa de la Santa Sede la conferencia de presentación del Simposio Teológico Internacional "Por una teología fundamental del sacerdocio", organizado por la Congregación para los Obispos, que se celebrará en Roma del 17 al 19 de febrero de 2022, que ha sido transmitida en directo streaming.

Han intervenido S.E. el cardenal Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregación para los Obispos, el profesor Vincent Siret, rector del Pontificio Seminario Francés de Roma, en conexión remota y la profesora Michelina Tenace, catedrática de Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana.

A continuación publicamos la intervención del Cardenal Marc Ouellet:

 

Cardenal  Marc Ouellet

Prefecto de la Congregación para los Obispos

 

SYMPOSIUM TEOLÓGICO SOBRE LAS VOCACIONES  

12 de abril de 2021

Sala de Prensa de la Santa Sede

 

            Con motivo de la próxima jornada mundial de oración por las vocaciones, y en el marco de la investigación de la Iglesia sobre la sinodalidad, tengo el honor y la alegría de presentar al gran público un proyecto de Symposium teológico sobre las vocaciones. El Papa Francisco ha repetido no pocas veces lo que dijo en 2015 a propósito de la sinodalidad: «El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio». Este anhelo de Dios y del Santo Padre puede parecer abstracto a primera vista, pero, si se piensa desde el punto de vista de las vocaciones, está cargado de un contenido muy concreto. La sinodalidad significa, en el fondo, la participación activa de todos los fieles en la misión de la Iglesia, y describe el camino solidario del pueblo de los bautizados hacia el Reino que se edifica día a día en las realidades de la familia, del trabajo y de la vida social y eclesial en todas sus formas. Esto implica una vida de fe y una colaboración estrecha entre laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas, con el fin de anunciar el Evangelio al mundo a través del testimonio atrayente de las comunidades cristianas. El crecimiento que se espera de una Iglesia sinodal corresponde ciertamente a las orientaciones del Concilio Ecuménico Vaticano II que aún están en vías de profundización teológica y pastoral.

El Symposium que presento hoy en público tiene como título: «Para una teología fundamental del sacerdocio». Consiste en un encuentro intenso de tres días, abierto a todos, pero destinado especialmente a los obispos, y a todos aquellos, hombres y mujeres, que se interesan por la teología, a fin de profundizar en el sentido de las vocaciones y en la importancia de la comunión entre las distintas vocaciones en la Iglesia. Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones y doctora de la Iglesia, nos ha recordado que el amor es la fuerza motriz de la misión de la Iglesia. Ella ha testimoniado este amor sobre todo mediante la oración y la penitencia en el ámbito de su vida en el Carmelo, pero este amor ha sido derramado por el Espíritu en el corazón de todos los bautizados, para ser entregado al mundo por medio de lo que san Pablo llama «las junturas y ligamentos» del Cuerpo de Cristo, es decir, mediante la Iglesia presente y operante en el mundo al servicio de la humanidad sufriente de hoy. Este sacerdocio del Amor que ejerce toda la comunidad eclesial está animado y sostenido por una variedad de vocaciones al amor, cuyos contornos y colores se distinguen y completan mutuamente. Entre sacerdotes y laicos, entre religiosos y religiosas de distintos carismas, el Espíritu Santo comunica la gracia que realiza la comunión entre todos, que permite superar los obstáculos, y que alcanza por esta comunión, de manera misteriosa a toda la humanidad. Resulta claro que semejante investigación teológica y pastoral no concierne únicamente a Europa o América, sino a toda la Iglesia en todos los continentes.

Un symposium teológico no tiene la pretensión de ofrecer soluciones prácticas a todos los problemas pastorales y misioneros de la Iglesia, pero sí puede profundizar en las verdades que constituyen la base de la misión de la Iglesia. Poner en claro la Revelación sobre el Sacerdocio de Cristo y la participación de la Iglesia en este sacerdocio es una cuestión crucial para nuestro tiempo. Se trata de un tema que no es nuevo, pero sí central, y cuya originalidad será poner en relación fundamental el sacerdocio de los bautizados al que el Concilio Vaticano II ha dado un nuevo impulso, y el sacerdocio de los ministros, obispos y sacerdotes, del que la Iglesia católica siempre ha afirmado la especificidad. Esta relación no es evidente en nuestra época, ya que conlleva algunos reajustes pastorales e implica cuestiones ecuménicas que no serán ignoradas, sin olvidar los movimientos culturales que reflexionan acerca del lugar de la mujer en la Iglesia. Por otro lado, todos somos conscientes de la escasez de vocaciones en muchos ambientes, de las tensiones in situ a causa de visiones pastorales divergentes, de los desafíos que plantean el multiculturalismo y las migraciones, sin olvidar las ideologías que condicionan el testimonio de los bautizados y el ejercicio del ministerio sacerdotal en las sociedades secularizadas. ¿Cómo vivir en este contexto una conversión misionera de todos los bautizados sin tomar nuevamente conciencia del don del Espíritu Santo que Cristo resucitado ha entregado a la Iglesia y al mundo?

En esta búsqueda de conversión sinodal hay lugar para un amplio trabajo teológico que debería ofrecer una visión renovada, un sentido de lo esencial, una manera de valorar todas las vocaciones en el respeto de la especificidad de cada una. Esta visión de la comunión de las vocaciones se arraiga en la comunión de las Personas divinas y quiere desarrollar una eclesiología trinitaria capaz de dinamizar una Iglesia sinodal y misionera con la que sueña el Papa Francisco. Ciertamente esta investigación concierne a toda la Iglesia, en particular a los obispos, pero también a teólogos y teólogas, a la vida consagrada, a los casados, y a la formación a todos los niveles. Mis colegas darán más detalles sobre esto en unos instantes.

Quiero añadir, por mi parte, que esta iniciativa es una gran empresa que ha sido cuidadosamente preparada, pero que comporta un margen de riesgo en las circunstancias actuales de la pandemia. Se trata, por lo tanto, de un acto de fe al que no nos hubiésemos lanzado sin una confirmación de lo alto y ante la urgencia de suscitar un movimiento vocacional después de las diferentes experiencias sinodales de estos últimos años. En efecto, con ocasión de los sínodos sobre la familia, los jóvenes y la Iglesia en Amazonía, las cuestiones sobre el sacerdocio y la sinodalidad se han alzado con vigor renovado insistiendo en la realidad del bautismo que está en el origen de todas las vocaciones. Ha llegado el momento de prolongar y promover un movimiento vocacional que facilite el intercambio de las distintas experiencias de la Iglesia en todas partes del mundo.

Deseamos, pues, congregar delegaciones nacionales o diocesanas de todos los continentes en la sala de audiencias Pablo VI durante tres días, del 17 al 19 de febrero de 2022, con un intenso programa de conferencias que culminará con un envío de parte del Papa Francisco. El programa de las conferencias está desde hoy mismo a disposición de los periodistas y del público. Una página web se ha creado hace unos días con el fin de proporcionar información más amplia a las personas interesadas, facilitar las modalidades de inscripción para los participantes y solicitar ayudas económicas para sostener la organización de este gran evento.

Dada la envergadura de este symposium, que querría marcar una etapa en la investigación de la Iglesia y fomentar publicaciones, no puedo lanzar esta invitación como Prefecto de la Congregación para los Obispos sin recurrir a la oración del Pueblo de Dios, y en particular a la de las comunidades contemplativas. Puesto que trata del sacerdocio, del que nos es necesario reactivar la conciencia bautismal y ministerial, así como la conciencia de la fecundidad de la vida consagrada, no podremos alcanzar nuestro propósito sino con una gracia de lo alto que hemos de pedir con insistencia y perseverancia. Por ello invito especialmente a los obispos a acoger esta llamada y a reavivar esta preocupación por las vocaciones en el ámbito de su Iglesia particular, en comunión con el Papa Francisco y sus colaboradores de la Curia romana. Agradezco al Dicasterio de Comunicaciones de la Santa Sede su disponibilidad para colaborar hoy y en los meses sucesivos en este evento. ¡Muchas gracias!

 

+ Marc Cardenal Ouellet

 

Para mayores informaciones se puede consultar la página web: www.communio-vocation.com .

En adjunto el programa en español y en portugués.