Somos todos mexicanos

La Embajada de México, con la colaboración de la Pontificia Comisión para América Latina, conmemoró los 25 años de relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede. El evento tuvo lugar en la sede de la CAL.

Redacción CAL
29/09/2017
Print Mail Pdf

somos_todos_mexicanos

El 21 de setiembre de 2017 se conmemoró los 25 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede. En esta ocasión, la Embajada de México ante la Santa Sede ha tenido la iniciativa de proponer dos mesas redondas públicas para analizar diversos aspectos de estas relaciones.

     La primera tuvo lugar el 28 de setiembre en la sede de la Pontificia Comisión para América Latina, versó sobre un "análisis histórico-académica de la relación bilateral” y estuvo a cargo del Sr. Embajador de México ante la Santa Sede, el Prof. Jaime del Arenal, y del profesor de la Universidad del Sacro Cuore (Milán), Paolo Balbo, seguida por una nutrida y selecta concurrencia del cuerpo diplomático latinoamericano acreditado ante la Santa Sede y numerosas personalidades mexicanas. Los oradores afrontaron, con gran competencia, todos los avatares de esa relación desde la Constitución mexicana de Querétaro del 1917, todavía vigente, de la que recorren sus 50 años, caracterizada por un laicismo muy radical, que desconocía la personalidad jurídica a las iglesias y asociaciones religiosas y que contenía normas persecutorias de la Iglesia católica y sumamente reductivas de la libertad religiosa, hasta nuestros días. Entre esos avatares no podía dejar de considerarse la “guerra cristera” y la persecución a los católicos durante los años 30 desconociendo los acuerdos de pacificación, así como las complejas relaciones entre el episcopado mexicano, la delegación apostólica en México y la Santa Sede. Un “modus vivendi” entre el Estado mexicano y la Iglesia católica comenzó a establecerse, según los oradores, en el curso de la presidencia de Lázaro Cárdenas y proseguido después por los sucesivos presidentes de México, mientras iban tomando cuerpo muchos signos de relacionamiento mutuo y también con la Santa Sede. La reforma constitucional del presidente Carlos Salinas de Gortari entre 1991 y 1992 fue el preludio inmediato del restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

     La segunda mesa redonda prevista, que tendrá lugar en la Sala Marconi de la Radio Vaticano, se realizará el 5 de octubre próximo a las 10 de la mañana, en la que intervendrán los periodistas mexicanos Valentina Alazraki, Andrés Beltramo y Jorge Gutiérrez, conocidos “vaticanistas”, para considera un “análisis del pasado y perspectivas futuras de la relación México-Santa Sede”.

     En la acogida de la primera mesa redonda en la sala de reuniones de la CAL, su secretario encargado de la Vice-Presidencia, el Dr. Guzmán Carriquiry Lecour, recordó haber tenido el honor de ser invitado a México para celebrar los 15 años de esas relaciones diplomáticas y que en esa ocasión quiso sobre todo subrayar la importancia que tiene México para toda la catolicidad.

     México es importante para la catolicidad porque su pueblo y nación han recibido muchos dones extraordinarios de la Providencia de Dios. Los 12 apóstoles franciscanos en medio de una gran epopeya misionera arraigaron el sustrato cultural católico del pueblo mexicano, la nueva visitación de la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe fue pedagoga del Evangelio inculturado y madre de los pueblos del Nuevo Mundo, tierra además regada por la sangre de mártires y por ello enriquecida por muchos carismas fundacionales de congregaciones y asociaciones religiosas y por muy numerosas vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada…hasta llegar hoy día a ser el país con el mayor número de católicos en el mundo entero. Incluso los mexicanos serán dentro de unos 15 años como la tercera parte de la población católica de Estados Unidos. México es tan importante para la catolicidad que fue visitado en cinco oportunidades por San Juan Pablo II, al que siguieron los viajes apostólicos de papa Benedicto XVI y de papa Francisco. ES SOBRE ESTA BASE QUE SE ASIENTAN ESTOS 25 AÑOS FECUNDOS DE RESTABLECIMIENTO DE RELACIONES DIPLOMÁTICAS ENTRE MÉXICO Y LA SANTA SEDE, QUE DEJAN ATRÁS LA ANOMALÍA Y EXTRAVAGANCIA POR LA CUAL EL ESTADO MEXICANO PRETENDIÓ DURANTE DÉCADAS, DE HECHO Y JURÍDICAMENTE, DESCONOCER EL ALMA Y LA CULTURA DE SU PUEBLO.

     México es, además, gran país de frontera, de encrucijada, en el que se encuentran y desencuentran la expansión hacia el Sur del gigante del Norte, de vigencias puritanas e iluministas, con los mundos populares, mestizos, barrocos y católicos de América Latina. Por eso, tiene que mirar hacia el Norte , pues están en juego, en gran medida, sus intereses económicos, su desarrollo, su comercio y sus inversiones, así como cuestiones cruciales como las políticas de inmigración, de seguridad, de combate contra las redes delictivas del narcotráfico y del terrorismo. Pero es muy importante que mire hacia el Sur, siempre con mayor atención y decisión. Allí lo conducen la historia, la lengua, la cultura, la religión y el destino solidario de pueblos hermanos. América Latina necesita a México. Bienvenida sea toda intensificación de vínculos, sean éstos políticos, económicos, culturales y eclesiásticos, entre México y Centroamérica y Sudamérica, sea bilateralmente sea con las instituciones regionales (SICA, Alianza del Pacífico, MERCOSUR). Pero hoy más que nunca México necesita a Centroamérica y a Sudamérica, no sólo para diversificar mercados sino también para contrapesar las potentes influencias del gigante del Norte y robustecer su fuerte identidad y su capacidad de diálogo, confrontación, negociación y colaboración en los escenarios continentales y mundiales.  

     El Dr. Carriquiry concluyó su intervención expresando la solidaridad con el pueblo y la nación de México ante los tremendos terremotos sufridos, pero esa solidaridad se alarga aún en tiempos de deplorable y calumniosa denigración de los hispanos, y sobre todo de los mexicanos, que viven en Estados Unidos, de las amenazas de deportación y división de sus familias, de proyectos obsesivos y odiosos de un extensísimo muro divisorio entre países vecinos, de chantajes respecto a sus relaciones comerciales. Por eso, hoy día, “SOMOS TODOS MEXICANOS”.