Una celebración maravillosa

Benedicto XVI celebró Misa por el bicentenario de los países de América Latina

Cancillería de la República de Argentina
14/12/2011
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Misa_Bicentenario

El papa Benedicto XVI presidió el lunes 12 de diciembre, por primera vez desde que fue elegido Pontífice en el 2005, una “misa criolla” para conmemorar el segundo centenario de los procesos de emancipación que tuvieron lugar desde 1808 a 1824 y que culminaron con las proclamaciones de independencia de los países de América Latina. Cabe destacar que la Misa fue celebrada el mismo día de la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América Latina, llamada la "pedagoga de la inculcación de la fe, madre y protectora de sus pueblos",  constituyendo un reconocimiento de la Santa Sede a la historia de los católicos en América Latina.

Por eso, el cardenal Marc Ouellet, en su calidad de Presidente de la Comisión para América Latina de la Santa Sede, dirigiendo palabras de saludo, homenaje y gratitud al Santo Padre al comienzo de la celebración quiso destacar esta liturgia como: "un gesto de solidaridad frente a un continente en el que desde hace más de cinco siglos está presente y viva la tradición católica, donde viven más del 40 por ciento de los católicos de todo el mundo".

Justamente a esta multitud de los fieles de Hispanoamérica se ha dirigido el Pontífice pidiéndoles que en el momento en que se conmemora el Bicentenario de su independencia y que “avanza el camino de la integración en ese querido continente" y que “se advierte su nuevo protagonismo emergente en el concierto mundial”, sean "defensores de la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural y promotores de la paz" y también amparen  "la familia en su genuina naturaleza y misión". Invitó además a los cristianos a aumentar los esfuerzos "para superar la miseria, el analfabetismo y la corrupción y erradicar toda injusticia, violencia, criminalidad, inseguridad ciudadana, narcotráfico y extorsión.”

Además, en su homilÍa el Pontífice ha expresado su “intención de emprender un viaje apostólico antes de la santa Pascua a México y Cuba, para proclamar allí la Palabra de Cristo y se afiance la convicción de que éste es un tiempo precioso para evangelizar con una fe recia, una esperanza viva y una caridad ardiente”.

Por último, Benedico XVI quiso concluir encomendando “todos estos propósitos a la amorosa mediación de Santa María de Guadalupe, nuestra Madre del cielo, así como los actuales destinos de las naciones latinoamericanas y caribeñas y el camino que están recorriendo hacia un mañana mejor.”

En la celebración participaron muchos representantes de los episcopados latinoamericanos, entre ellos mons. Andrés Stanovnik, arzobispo de la ciudad de Corrientes, en representación del Episcopado argentino, además de todo el Cuerpo Diplomático de los países latinoamericanos acreditados ante la Santa Sede  y ante Italia y los latinoamericanos que, a diverso titulo, prestan servicio en los dicasterios y organismos de la Santa Sede, los religiosos y religiosas latinoamericanos que viven en casas generalicias en Roma o hacen sus estudios en las Universidades pontificias y a sacerdotes y seminaristas latinoamericanos alojados en Colegios pontificios romanos porque realizan sus estudios en la urbe, a los cuales fue cursada una invitación especial.

Pero sobre todo fue grandísima también la participación de los ciudadanos latinoamericanos, quienes escucharon, en una atmósfera conmovedora los acordes del Kyrie, el Gloria, el Sanctus y el Agnus Dei de la Misa Criolla del.compositor argentino Ariel Ramírez, interpretados por el Coro Música Nova.